Como Si Estuviera

Cuentan que una vez había un monasterio escondido en las montañas, donde cada monje tenía su función específica. Algunos eran sembradores, otros cocineros y así cada uno tenía su trabajo bien definido, aunque todos sabían hacer de todo.

Con el paso del tiempo, los monjes comenzaron a tener problemas de convivencia entre ellos, y terminaron peleándose por cualquier cosa; parece como que hubieran olvidado el motivo que les había llevado a recluirse...

Preocupado por el asunto, el abad que estaba a cargo del monasterio, se fue a orar y le preguntó a Dios:

- Señor ¿Por qué pasan estas cosas? ¿Cómo lo podemos arreglar? ¿Por qué nos olvidamos de ti y nos cuesta tanto hacer las cosas como a ti te gusta?

- Hijo mío (respondió Dios) He visto vuestros problemas y ¿Qué os parecería si os dijera que he enviado a mi Hijo Jesús para estar de incógnito entre vosotros?

No fue una afirmación, pero ante la duda, el acongojado sacerdote se asustó mucho al pensar que puediera estar entre ellos vigilando de cerca el propio Jesús, por lo que convocó a todos los monjes. Cuando fueron conscientes que entre ellos podría estar Jesús, se empezaron a preguntar si quizás sería el cocinero, o el jardinero, o uno de los hortelanos...

Como no lo sabían, se empezaron todos a tratar con cortesía y amabilidad y nunca más hubo problemas entre ellos...

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Si hubieran conocido un poco mejor la Biblia, se habrían dado cuenta de que Jesús afirmó que cuando volviera a la tierra, lo haría como Rey Soberano, en gloria, no a escondidas... Pero, y también sin saberlo pusieron en práctica algo que también se enseña en el libro sagrado, relacionado con lo que dice el Evangelio de Mateo:

Mateo 25:35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Si aprendemos la lección, y nos damos cuenta de que hemos de actuar así, que hacer el bien con otras personas es como hacerlo con el propio Jesús, y que Él premia el andar de esta manera, entonces toda nuestra convivencia se hará mucho más agradable, y el mundo será mucho más feliz...

Créditos foto: www.soitu.es

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